Mi Oldenburg querido

Oldenburg, Alemania

Así entonaba Carlos Gardel su "mi Buenos Aires querido"... y es lo que pasa cuando alguien se siente bien en una ciudad, luego de vivir un tiempo en ella.


Este es mi caso, la ciudad de Oldenburg, al norte de Alemania, provincia de Baja Sajonia (Niedersachsen), con unos 160.000 habitantes.



Al mudarme del sur alemán, al norte, fui testigo de algunas diferencias socio-culturales.
Al principio me costaba saludar a la gente con un buenos días, diciendo "moin moin"... en el sur se saluda "morgen".



Las calles en la pequeña ciudad de Oldenburg son la mayoría doble mano, de un carril por cada sentido generándose mucho transito, pero sin embotellamientos.



A los autos hay que sumarle los colectivos "gusano" (de dos vagones) y la innumerable cantidad de ciclistas.

De vez en cuando (una o dos veces al mes) se puede escuchar un bocinazo, cosa que en el sur no era usual. Viajando en auto con el portero de mi edificio fui testigo como puteaba por uno que se demoro unos segundos en el semáforo estando en verde, pero no tocó bocina sino que se hablaba el mismo, como un acto de tolerancia.



Al ser una ciudad chica, el medio de transporte publico es el colectivo, y en donde quieras que estés ves bicicletas: hay sendas en las veredas exclusivas, hay semáforos para las bicis también, estacionamiento de bicis. Todos necesitan bicis, por lo que el robo de bicicletas se puede presentar de vez en cuando si es que te olvidaste de ponerle candado.



La Universidad le inyecta mucha juventud, mano de obra calificada, ciencia y futuro a esta ciudad. Pude conocer a varios argentinos y otros sudamericanos que vienen de intercambio o a realizar algún proyecto de investigación, dejando en Alemania miles y miles de proyectos interesantes: "Alemania, el país de las ideas"... escrito en varios lados, y es pura realidad, el tema es que se tendría que completar esa frase con "... de cerebros de otros países".

Volviendo al transporte público: al bus tenés que subir por la puerta delantera y mostrarle el ticket al chofer, cosa que en el sur eso no pasa, subís por donde quieras y no tenes que mostrar nada, salvo que justo pase el controlador.



Cada vez que te cambias de ciudad, cosa que acá es común, te tenés que inscribir en la municipalidad, donde te regalan algunas cosas para darte la bienvenida (libros, mochilas, mapas, promociones, descuentos en comercios, etc).



Siempre se busca la simplicidad y la estandarización: por ejemplo, puedo comprar un boleto y me tomo un colectivo, luego un tren y después el subte... todo con el mismo ticket, habiendo cambiado de transporte varias veces.

Todos los años te llega una carta del municipio con un calendario con la organización de la recolección de los distintos tipos de basura: plásticos, ropa vieja, papel, desechos orgánicos, resto de basura.
Cada casa tiene un tacho con compartimentos para cada tipo de basura.
Seguramente voy a escribir un artículo exclusivo con este tema que acá es tan simple y que los argentinos ignoramos por completo o directamente no nos interesa.

En esa carta, el municipio te envía 3 cupones para que los cambies en los supermercados por rollos bolsas amarillas (para separar los plásticos).
De paso, en ese calendario también te señalan los feriados, los eventos municipales, festejos (me entré que en abril se hace el mercado de pascuas durante una semana, por ejemplo, o la fiesta del vino, entre otras).

Entonces, mi Oldenburg querido, es una ciudad universitaria, simple y simpática. Es el centro cultural, administrativo y científico del noroeste alemán.



Fue elegida en el 2009 como la ciudad de la ciencia, por sus proyectos e investigaciones.

Tiene museos, teatros, festivales y mercados tradicionales, ademas de restaurantes, boliches y bares.

¡Conozca Oldenburg! me faltaba eso. Saludos, nos leemos.


Fotos
Te dejo un par de fotos en este álbum.



Y un lindo video:

Comentarios

Liz dijo…
Hola Ro! sabés que tengo el corazón pintado de verde (en ambos sentidos je) así que mi voto vá para Oldenburg por su sentido de la ecología y respeto al planeta!
Abrazossssss!!!
Ro dijo…
la verdad que si... tenemos algunas cosas que copiar de estos germanos, entre esas el respeto por la naturaleza, que no es nada menos que nuestra casa.
un besote lizzzz.
lalo dijo…
Para completar las bondades de Olden-bur-go, lindo sería que esa ciudad hubiera sido la cuna de las V-2 ( bombas a reacción de fines de la guerra),hermoso objeto volador que mostró el poderío de una nación...
Anónimo dijo…
¡¡HOLA OLDENBURG!! AQUÍ ARGENCHINA.
PASANDO POR EL BLOG. TODO BRILLANTE POR ACÁ. SE VIENE EL CÁSICO DE AVELLANEDA... AGUANTE LA ACADÉ.
A PREPARARSE PARA LAS PASCUENSEN.
CARIÑOS MIL ROOOOOO

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