Reserva natural Ein Gedi, Israel
Ein Gedi, Israel.
Para llegar al Parque Nacional Ein Gedi, recorrimos la ruta costera que bordea el mar Muerto y que te llena el alma de colores y contrastes simples, pero imponentes al mismo tiempo.
La combinación del cielo azul y las nubes, el mar que hace de espejo a un lado y las montañas de un amarillo árido al otro costado.
A todo eso, sumále que estamos a 400 metros bajo el nivel del mar. ¡Sacále una foto!
Estamos recorriendo lo que sería un oasis situado en la parte norte del desierto del Néguev, ribera oeste del mar Muerto.
Esta zona es, hoy día, una de las reservas naturales más importantes de Israel, ya que cuenta con varios manantiales de agua potable que se usa en la agricultura o se embotella para el consumo.
La flora y la fauna es muy rica, en parte debido a la temperatura ambiente cálida, a la falta de días fríos y a la abundante cantidad de agua fresca.
Luego de recorrer el parque, retomamos el viaje con destino a la Masada, un yacimiento arqueológico donde se ven restos de varias fortificaciones ubicadas en la cumbre amesetada de la montaña.
Acá también nos permitimos inmortalizar y digitalizar una parte de lo que nuestras pupilas disfrutaron.
Ésta es una de esas fotos que me gusta ver una y otra vez, candidatas a ser cuadro.
Por último, antes de seguir el viaje hacia la eterna Jerusalem, pasamos por un restaurant y probamos distintos platos locales.
Sabores nuevos, gustos, olores. Estos son algunos de los platos:
* Hummus: puré de garbanzos cocidos, mousse de semillas de sésamo, aceite de oliva, limón.
* Falafel: croquetas fritas de puré de garbanzos, perejil, cilantro, ajo, comino.
* Knafeh: postre a base de queso de cabra, ricota, pistachos, limón.
* Shaksouka: tomates condimentados cubiertos con huevos escalfados.
Después de semejante comida, nos vimos obligados a usar los sanitarios del lugar.
Por suerte estoy vacunado contra todo tipo de espanto ;)
¡Ahora sí! Jerusalem: allá vamos...
Fotos
En éste álbum.
Video
En youtube.
Para llegar al Parque Nacional Ein Gedi, recorrimos la ruta costera que bordea el mar Muerto y que te llena el alma de colores y contrastes simples, pero imponentes al mismo tiempo.
La combinación del cielo azul y las nubes, el mar que hace de espejo a un lado y las montañas de un amarillo árido al otro costado.
A todo eso, sumále que estamos a 400 metros bajo el nivel del mar. ¡Sacále una foto!
Estamos recorriendo lo que sería un oasis situado en la parte norte del desierto del Néguev, ribera oeste del mar Muerto.
Esta zona es, hoy día, una de las reservas naturales más importantes de Israel, ya que cuenta con varios manantiales de agua potable que se usa en la agricultura o se embotella para el consumo.
La flora y la fauna es muy rica, en parte debido a la temperatura ambiente cálida, a la falta de días fríos y a la abundante cantidad de agua fresca.
Luego de recorrer el parque, retomamos el viaje con destino a la Masada, un yacimiento arqueológico donde se ven restos de varias fortificaciones ubicadas en la cumbre amesetada de la montaña.
Acá también nos permitimos inmortalizar y digitalizar una parte de lo que nuestras pupilas disfrutaron.
Ésta es una de esas fotos que me gusta ver una y otra vez, candidatas a ser cuadro.
Por último, antes de seguir el viaje hacia la eterna Jerusalem, pasamos por un restaurant y probamos distintos platos locales.
Sabores nuevos, gustos, olores. Estos son algunos de los platos:
* Hummus: puré de garbanzos cocidos, mousse de semillas de sésamo, aceite de oliva, limón.
* Falafel: croquetas fritas de puré de garbanzos, perejil, cilantro, ajo, comino.
* Knafeh: postre a base de queso de cabra, ricota, pistachos, limón.
* Shaksouka: tomates condimentados cubiertos con huevos escalfados.
Después de semejante comida, nos vimos obligados a usar los sanitarios del lugar.
Por suerte estoy vacunado contra todo tipo de espanto ;)
¡Ahora sí! Jerusalem: allá vamos...
Fotos
En éste álbum.
Video
En youtube.